Arlek González ha dedicado su vida a las ciencias. En 2007 se graduó como bioquímica y ese fue el puntapié inicial para, posteriormente, convertirse en neurocientífica, doctora en el área y miembro permanente de la Sociedad Chilena de Neurociencia (SCN). Su trayectoria le ha permitido observar cómo en Chile se pospone el desarrollo de esta rama y la investigación de forma casi sistemática.
“Llevo diez años como investigadora independiente, haciendo ciencias en una universidad pública y es cierto que los fondos para investigación no han crecido desde entonces”, dice la profesional y los datos la respaldan. De acuerdo con el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, desde hace más de una década que no existe ningún tipo de incremento en la inversión que se hace en esta área: 0,33% del PIB en 2010 y 0,34% en 2020, con años intermedios en los que, incluso, la cifra ha decrecido. “Un país que pretende ser desarrollado tiene que invertir mucho más en ciencia e investigación. La verdad es que eso está al debe. Es la sensación generalizada de quienes hacemos investigación”, problematiza.
Pese a lo crítico de la situación, González reconoce que eso no ha mermado la motivación por dedicarse a este ámbito, ya que el capital humano “no ha decepcionado”. En su rol como docente ha podido ver que “año tras año crece la cantidad de investigadores con ideas brillantes, con muchas ganas de hacer cosas, con la intención de resolver problemáticas”, asegura.
Sin embargo, quienes persisten en ese camino se encuentran con otro obstáculo: la competencia entre pares. “Los investigadores somos medidos permanentemente por nuestra productividad. Entonces, quien es más productivo tiene más chance de acceder a fondos de investigación, y quien tiene más fondos de investigación, tiene más chance de ser productivo. Es un círculo vicioso”, explica González y agrega que en el caso de las mujeres es aún más desigual pues “los fondos de investigación adjudicados por mujeres siguen siendo considerablemente menos que los por hombres”. A su vez, menciona que, aunque todos inicien desde un mismo punto de partida, las mujeres se ven en desventaja cuando deben pausar su carrera tanto por los períodos de pre y post natal como por las labores de cuidado que, generalmente, les toca asumir.
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